¡Qué dupla inesperada! Luiz Inácio Lula da Silva y Donald Trump charlaron por teléfono este martes, prometiendo unirse contra el crimen organizado como si fueran los nuevos Avengers del hemisferio. Según Brasil, Lula pidió reforzar la cooperación y Trump, con su estilo de reality show, juró total apoyo.
En la llamada de 40 minutos, Lula presumió cómo su gobierno está “asfixiando financieramente” a las mafias locales, incluyendo al temido Primeiro Comando da Capital (PCC). Mencionó operaciones que desmantelaron un esquema de lavado de dinero en el sector de combustibles, blanqueando casi 10,000 millones de dólares entre 2020 y 2024. Mientras, Trump asiente desde el otro lado, probablemente imaginando un guion de Hollywood. Estados Unidos, por su parte, no se queda atrás, enviando al Caribe el portaaviones más grande del mundo con una flota que parece sacada de una película de Michael Bay. Aunque Nicolás Maduro grita que todo es un complot para derrocarlo, con 83 muertos en bombardeos a lanchas supuestamente narco, el tema Venezuela no salió en el comunicado. ¿Coincidencia?
También tocaron los aranceles que Washington impuso a Brasil tras el juicio a Jair Bolsonaro, condenado a 27 años por golpismo. Trump llamó al proceso una “caza de brujas” y castigó con tarifas, aunque luego aflojó con carne y café tras un encuentro en octubre. Lula, optimista, dijo que fue “muy positivo”, pero aún hay productos en la lista negra.
Así que, mientras Lula y Trump planean su cruzada anticrimen, el Caribe hierve y los aranceles bailan al ritmo de negociaciones. ¿Será este el inicio de una amistad improbable o solo un episodio más de este culebrón geopolítico?