¡Drama en la capital! Rahmanullah Lakanwal, un afgano de 29 años acusado de disparar contra dos guardias nacionales en Washington la semana pasada, se declaró no culpable este martes. Uno de los guardias murió, y el caso ha desatado una tormenta política más caliente que un debate en Twitter.
Lakanwal, herido durante su arresto, habló por videoconferencia desde el hospital donde está internado, según reportes de The Washington Post y otros medios. El juez ordenó su detención sin fianza y fijó la próxima audiencia para el 14 de enero. Documentos judiciales revelan que gritó “Allah akbar” al abrir fuego, según un militar presente. La fiscal Jeanine Pirro lo acusó de asesinato tras la muerte de Sarah Beckstrom, de 20 años, mientras Andrew Wolfe, de 24, se recupera de heridas graves, como confirmó la secretaria de Justicia, Pam Bondi, tras visitar a su familia.
El caso es un polvorín político. Lakanwal llegó a EE. UU. en septiembre de 2021, tras la retirada caótica de Afganistán, como parte de una evacuación masiva de colaboradores afganos contra los talibanes. Exmiembro de una unidad especial que trabajó con soldados estadounidenses, su asilo fue aprobado en abril de 2025, ya con Donald Trump en el poder, aunque solicitado bajo el gobierno de Joe Biden. Republicanos y demócratas se tiran los trastos, debatiendo si esto es un fallo de seguridad o un chivo expiatorio político.
Mientras Lakanwal espera juicio, el país se pregunta cómo un aliado afgano terminó en el centro de esta tragedia. ¿Error de vetting o cortina de humo? Washington no duerme con este culebrón.