
¡Cinco horas de charla y ni un cafecito de paz! Vladimir Putin se reunió en Moscú con Steve Witkoff y Jared Kushner, yerno de Donald Trump, para discutir un plan estadounidense que busca apagar el incendio de Ucrania. Aunque el Kremlin calificó la reunión de «útil», en temas clave como el territorio, no hubo ni un triste apretón de manos.
El encuentro, que incluyó a Yuri Ushakov y Kirill Dmitriev del lado ruso, trató un plan presentado hace dos semanas y ajustado con Ucrania. Pero, sorpresa, en el tema de los territorios ocupados por Rusia, que son el 19% de Ucrania, no hubo acuerdo. Ushakov admitió que algunas ideas yankis son debatibles, pero Putin no escondió su cara de «esto no me convence». Mientras, Trump, desde la Casa Blanca, soltó un «qué desastre» sobre esta guerra de casi cuatro años. Volodimir Zelenski, desde Irlanda, exigió un fin real, no una pausa, y que nada se decida sin Ucrania.
La reunión llega en un momento crítico: Kiev lidia con escándalos de corrupción y la dimisión del jefe de gabinete de Zelenski, mientras Rusia intensifica ataques con drones y misiles. En noviembre, Moscú avanzó 701 km², su mayor progreso en un año, tomando ciudades como Pokrovsk y Vovchansk, aunque Ucrania dice que los combates siguen. Rusia lanzó 5,660 misiles y drones, un 2% más que el mes anterior.
¿Y Europa? Teme que Washington y Moscú cocinen un acuerdo a sus espaldas. Zelenski sospecha que Rusia solo quiere suavizar sanciones. Esto pinta más enredado que un culebrón sin final feliz.
