
¡Irán se queda sin juguetes nucleares y el Pentágono celebra como si hubiera ganado el Super Bowl! Este martes, la portavoz Kingsley Wilson afirmó que las capacidades nucleares iraníes fueron “totalmente destruidas” en un ataque estadounidense contra las instalaciones de Fordo, Natanz e Isfahán, durante la ofensiva israelí de junio pasado. Según expertos, a Teherán le tomará dos años recomponer el rompecabezas.
Wilson, en su primera rueda de prensa, no escatimó en halagos para la “acción rápida” del presidente Donald Trump, calificando la operación como “histórica”. Pero no todo es tan brillante como parece. Esta comparecencia ocurrió bajo nuevas reglas del secretario de Defensa, Pete Hegseth, quien en octubre impuso restricciones a la prensa tan estrictas que parecen sacadas de un guion distópico. Los medios que no firmaron el ultimátum perdieron acreditaciones, dejando el campo libre a figuras como la ultranacionalista Laura Loomer y el excongresista Matt Gaetz, cuya presencia es más polémica que un reality de peleas.
Grandes cadenas como ABC, CNN, Reuters, y hasta las conservadoras Fox News y Newsmax, rechazaron las normas que etiquetan a periodistas como “riesgo de seguridad” por hacer preguntas incómodas. Con solo tres ruedas de prensa en 2025, el Pentágono parece más un club secreto que una institución pública. Mientras, el ataque a Irán sigue siendo el tema candente, aunque la falta de acceso a información huele más sospechoso que un gato cuidando un pescado.
¿Dos años para que Irán vuelva al juego nuclear? Suena a una apuesta arriesgada, como jugar al póker con cartas marcadas en medio de un blackout informativo.
