
¡Adiós, sueño americano! Donald Trump acaba de poner un candado tamaño industrial a las solicitudes de ciudadanía y residencia para migrantes de 19 países, incluyendo Cuba, Haití y Venezuela. El magnate republicano, con su habitual sutileza de elefante en cristalería, ha decidido que estas naciones, junto con otras como Afganistán y Somalia, no pasarán el filtro de la Casa Blanca.
La medida, anunciada en un memorando oficial este martes, paraliza green cards y procesos de ciudadanía, afectando a países ya restringidos desde junio. Trump, que campaigneó prometiendo deportaciones masivas, endureció su postura tras un tiroteo cerca de la Casa Blanca, donde un ciudadano afgano, llegado en las evacuaciones de 2021, fue acusado de matar a un guardia nacional. El presidente no perdió tiempo y el 26 de noviembre заявил que pausará “permanentemente” la migración de países del tercer mundo para “recuperar” el sistema estadounidense.
Especialmente en la mira están Venezuela, con un despliegue militar en el Caribe que Caracas denuncia como un plan para tumbar a Nicolás Maduro, Cuba, bajo embargo desde hace más de 60 años, y Haití, sumido en caos pandillero. La secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, no se quedó atrás, exigiendo en X una prohibición total para países que, según ella, envían “asesinos y sanguijuelas”. Mientras, en Minnesota, una operación contra ciudadanos somalíes ya levanta polvareda, con autoridades locales negándose a cooperar.
¿Seguridad o show mediático? Trump parece estar construyendo un muro invisible más alto que su ego. Solo falta que cobre peaje a quien intente soñar con las barras y estrellas.
