¡Cuidado con trasnochar! Dormir menos de lo necesario no solo te deja como zombie al día siguiente, sino que desata un caos en tu cuerpo. Especialistas advierten que la privación de sueño altera funciones vitales y acelera procesos inflamatorios, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares, metabólicas y neurológicas. Es como jugar a la ruleta rusa con tu salud.
La primera víctima es tu sistema inmunológico. Sin sueño profundo, no produces suficientes citoquinas y anticuerpos, quedando expuesto a resfriados, gripes y otras infecciones. Si duermes menos de 6 horas, la recuperación de cualquier enfermedad se vuelve más lenta. En el corazón, el impacto es brutal: la falta de descanso eleva la presión arterial, fomenta la hipertensión y sube el colesterol malo, poniendo en jaque tu salud cardiovascular.
Tu cerebro también sufre. Sin sueño, el sistema glinfático no elimina toxinas, aumentando riesgos de enfermedades neurodegenerativas. Aunque no causa Parkinson o epilepsia, agrava síntomas y crisis. Emocionalmente, desbalancea serotonina y dopamina, disparando ansiedad, irritabilidad y hasta episodios depresivos si hay predisposición. Y ni hablemos del apetito: altera hormonas como leptina y grelina, provocando antojos y aumento de peso.
En niños y adolescentes, es peor: afecta crecimiento, aprendizaje y comportamiento. Expertos en cardiología y neurología lo tienen claro: una buena higiene del sueño es tan crucial como comer bien o hacer ejercicio. Horarios regulares, cero pantallas antes de dormir, menos cafeína y un ambiente relajante son clave. Así que, deja de sacrificar horas de sueño por una serie más. ¡Tu cuerpo no es una máquina de insomnio!