
¡Diciembre llegó y con él la hora de alistar papeles para el SAT! El cierre de año es el momento ideal para preparar tu declaración anual ante el Servicio de Administración Tributaria y aprovechar deducciones que aligeren tu carga fiscal. Uno de los beneficios más jugosos son los gastos médicos, pero ojo, solo aplican bajo reglas muy específicas.
El SAT permite a personas físicas con ingresos por sueldos, honorarios, arrendamiento o actividades empresariales deducir ciertos gastos médicos. Estos incluyen honorarios a médicos, dentistas, psicólogos y nutriólogos, análisis clínicos, hospitalización, medicamentos recetados (solo en hospital), prótesis, aparatos ortopédicos y lentes graduados (hasta 2,500 pesos). También cuentan gastos de familiares directos como cónyuge, padres, hijos o nietos, siempre que no tengan ingresos iguales o superiores al salario mínimo anual. Si hay discapacidades mayores al 50%, son deducibles con certificado de una institución pública.
Pero no todo vale. Los pagos deben hacerse por transferencia, cheque nominativo o tarjeta, nunca en efectivo. Las facturas deben estar correctas, con el “Uso del CFDI” adecuado y emitidas por profesionales titulados. Excluyen vitaminas, cosméticos, medicinas sin receta y gastos en farmacias genéricas sin factura hospitalaria. Además, puedes deducir otros gastos personales como colegiaturas (con límites por nivel educativo), intereses hipotecarios, donativos y aportaciones a Afores.
Asegúrate de tener facturas electrónicas y cumplir con los requisitos de pago y datos fiscales. ¡No dejes pasar esta chance de ahorrar! Revisa bien tus comprobantes, que un error puede costarte más que una consulta. ¡A deducir con cabeza y a cerrar el año con las cuentas más ligeras!
