
¡Agárrense los tacos! La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo se prepara para un encuentro de alto calibre con Donald Trump y el primer ministro Mark Carney en Estados Unidos, todo por el sorteo de grupos de la Copa Mundial 2026. Este torneo, que se jugará en México, EE. UU. y Canadá, promete más drama que una final con penales.
Sheinbaum confirmó que hará un viaje relámpago a la Unión Americana para asistir al evento de la FIFA, que básicamente es como una boda real, pero con balones y menos pastel. Ahí, se codeará con Trump, quien probablemente intentará venderle un muro como portería, y con Carney, que seguro pedirá disculpas por todo, al más puro estilo canadiense. La reunión previa entre los tres líderes suena más a una partida de Risk que a una charla de fútbol, pero con goles en juego, cualquier cosa puede pasar.
El Mundial 2026, que celebrará el 250º aniversario de la independencia de EE. UU., es la joya de la corona para Trump, quien ya debe estar planeando un trofeo con su nombre grabado. Mientras tanto, el sorteo será un circo de tres pistas: política, deporte y egos más inflados que un balón de playa.
Entre tantos pases diplomáticos, Sheinbaum tendrá que driblar como nunca para no quedar en fuera de lugar. ¿Logrará un golazo en esta cumbre futbolera o terminará en el banquillo? Esto pinta para más intriga que un partido con árbitro comprado.
