
Un documento elaborado por entidades internacionales ha emitido una alerta respecto a la presencia y actividades de facciones extremistas en territorio colombiano, destacando cómo elementos como el prejuicio étnico, el rechazo a la comunidad judía y conexiones sospechosas representan un riesgo para la estabilidad interna. El informe, difundido por el Centro Simon Wiesenthal, detalla casos específicos donde estos grupos promueven ideologías de odio, incluyendo propaganda racista y antisemita que se difunde a través de redes sociales y eventos públicos. Se menciona la infiltración en sectores como la política y la sociedad civil, con lazos a movimientos internacionales que fomentan la violencia y la división.
Expertos citados en el reporte subrayan que tales amenazas no solo afectan a minorías, sino que debilitan el tejido social y la seguridad nacional, potencialmente facilitando acciones terroristas o desestabilizadoras. Se hace referencia a incidentes recientes en ciudades como Bogotá y Medellín, donde se han detectado expresiones de intolerancia y alianzas con entidades foráneas. La organización insta a las autoridades colombianas a implementar medidas de vigilancia, educación contra el extremismo y cooperación internacional para contrarrestar estos riesgos.
El documento enfatiza la urgencia de abordar el problema de manera integral, involucrando a instituciones gubernamentales, ONG y la ciudadanía para prevenir una escalada. Esta advertencia se enmarca en un contexto global de aumento en el extremismo, con Colombia identificada como un punto vulnerable debido a su diversidad cultural y desafíos históricos. Se espera que el gobierno responda con estrategias concretas para salvaguardar la convivencia pacífica.
