
En un mensaje más claro que un semáforo en rojo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania recomendó este lunes evitar viajes a Venezuela debido a una “posible escalada” de la situación. La alerta llega tras la advertencia de Estados Unidos a aerolíneas sobre el deterioro de la seguridad y el aumento de actividad militar en el país sudamericano. Básicamente, es un “sálvese quien pueda” diplomático.
Berlín señaló que la tensión en Venezuela está más caliente que una sartén al fuego, con riesgo de que todo explote en cualquier momento. Citaron la alerta de la Administración Federal de Aviación de EE. UU., y recordaron que gigantes como Iberia, TAP, LATAM, Caribbean Airlines, Turkish Airlines y varias de Colombia y Brasil han cancelado vuelos a Caracas. Mientras, Conviasa, Estelar y Laser siguen operando, como si fueran los únicos valientes en una película de acción. Air Europa y Copa Airlines no confirman, pero sus rutas aún aparecen online, como un misterio de aeropuerto.
Alemania también mencionó el Decreto de Estado de Conmoción Exterior del 29 de septiembre, que da poderes extraordinarios a las autoridades venezolanas, como cerrar fronteras o el espacio aéreo. Esto podría traducirse en bloqueos de carreteras, más policías que en un operativo de cine, y cortes de internet y telefonía. Sumado al estado de emergencia vigente desde 2016, la crisis económica, escasez médica y delitos violentos, el panorama es más sombrío que un lunes sin café.
Con EE. UU. desplegando tropas en el Caribe y amenazando con intervenir, además de reportes de 83 muertos en bombardeos contra supuestas narcoembarcaciones, Venezuela parece un tablero de ajedrez en jaque mate. ¿Viajar allá? Mejor verlo desde el sofá con palomitas.
