
Donald Trump, con su característico estilo de “cerrar fronteras como si fueran apps molestas”, ordenó una revisión masiva de los 233,000 refugiados admitidos durante el mandato de Joe Biden, entre el 20 de enero de 2021 y el 20 de febrero de 2025. Esta movida, firmada por Joe Edlow del USCIS, podría reabrir casos de más de 200,000 personas y suspender solicitudes de residencia permanente. ¿Seguridad nacional o simplemente un reality show migratorio?
Desde que asumió en enero, Trump congeló la admisión de refugiados, marcando un giro de 180 grados respecto a las políticas de Biden, quien acogió a más de 100,000 solo en 2024. Ahora, un memorando del 21 de noviembre permite cancelar el estatus de quienes ya están en EE. UU. si no cumplen criterios de persecución, tras un proceso de revisión que suena más tedioso que armar un mueble de IKEA sin instrucciones. El documento critica a la administración anterior por priorizar cantidad sobre calidad en verificaciones, exigiendo nuevas entrevistas exhaustivas.
Trump también fijó un límite histórico de 7,500 admisiones para 2026, con un extraño enfoque en sudafricanos blancos afrikáner, alegando persecución, algo que Sudáfrica desmiente. Esto ha desatado críticas de demócratas y organizaciones como HIAS, cuyo presidente, Mark Hetfield, llamó la medida “cruel y derrochadora”, recordando que los refugiados ya pasan por filtros más estrictos que un influencer buscando likes.
¿Asimilación completa o simple capricho? Mientras Trump convierte la inmigración en un juego de filtros extremos, muchos se preguntan si esto es protección o una puerta giratoria que solo deja entrar a los “elegidos”. Suena más raro que un meme fuera de contexto.
