
En un golpe más duro que un reality de supervivencia, la Fiscalía General del Estado (FGE), junto con la Secretaría de Marina (Semar) y la Policía Municipal de Benito Juárez, rescató a cinco mujeres víctimas de trata y explotación sexual en dos bares clandestinos del municipio. Tras semanas de investigación, las autoridades irrumpieron en estos antros de pesadilla que operaban bajo esquemas de prostitución forzada.
El primer cateo fue en un inmueble de la avenida José López Portillo, colonia Tres Reyes, donde hallaron a cinco mexicanas obligadas a “fichar” con clientes por 50 pesos por vaso consumido. Los servicios sexuales costaban entre 500 y 2,500 pesos, según edad y características, pero el 50% iba directo al bolsillo del establecimiento, un esquema de explotación más descarado que un estafador de Tinder. El segundo operativo, en un bar de la Supermanzana 64, calle 3 Oriente, reveló un sistema similar, con “fichas” a 100 pesos. Allí aseguraron drogas, preservativos, bitácoras de control y grabaciones que destapan la cloaca.
Ambos lugares, con cuartos privados para servicios sexuales, quedaron bajo resguardo del Ministerio Público. Las mujeres rescatadas recibieron protección institucional, atención psicológica y apoyo legal. Pero esto no es nuevo: en otro operativo el 29 de octubre de 2025, rescataron a 15 mujeres, 14 colombianas, engañadas con promesas de modelaje en Cancún y Playa del Carmen. Les quitaban pasaportes, les inventaban deudas de 120 mil pesos y las forzaban a servicios sexuales por míseros 100 pesos, mientras vivían vigiladas y sin libertad.
La trata sigue camuflada en centros nocturnos que fingen ser “empleos voluntarios”. Esto no es un chiste de mal gusto; es una realidad más oscura que un bar sin luces de emergencia.
