
¡Brasil se pone más intenso que una novela de Globo! Luiz Inácio Lula da Silva celebró este miércoles que su país dio una “lección de democracia” al mundo al meter a Jair Bolsonaro tras las rejas con una condena de 27 años. El exmandatario, de 70 años, comenzó a cumplir su sentencia el martes por planear un golpe de Estado para evitar que Lula asumiera el poder tras perder las elecciones de 2022. ¡Eso es más drama que un final de temporada!
“Estoy feliz, no por encarcelar a nadie, sino porque Brasil muestra madurez democrática”, dijo Lula en un acto en Brasilia. Es la primera vez que la justicia condena a responsables de una trama golpista en un país que vivió una dictadura militar desde 1964. Bolsonaro, expresidente de 2019 a 2022, está en una celda especial en la sede policial de Brasilia, con frigobar, aire acondicionado y tele. ¿Cárcel o resort de bajo presupuesto?
La Corte Suprema declaró “firme” la sentencia tras rechazar apelaciones en noviembre y agotar el plazo para nuevos recursos. La defensa, sorprendida, promete otro intento, mientras Lula aplaude la “fuerza” de la justicia brasileña frente a amenazas externas. Donald Trump, aliado de Bolsonaro, había denunciado una “caza de brujas”, imponiendo aranceles a Brasil y sanciones a jueces, aunque tras reunirse con Lula en octubre, suavizó el golpe retirando parte de los castigos.
Eduardo Bolsonaro, hijo del exmandatario, se instaló en EE. UU. para presionar desde allá, pero ahora enfrenta un juicio por “coacción” a la justicia. Con Bolsonaro, ya son cuatro expresidentes presos desde 1985, incluyendo al propio Lula, cuya condena por corrupción fue anulada. ¡Brasil, donde la política es un circo y la cárcel, el camerino!
