
¡La UNAM saca las garras, pero sin arañar! En un movimiento inédito, la Universidad Nacional Autónoma de México llamó a los estudiantes a no participar en asambleas ni actividades en el Auditorio Justo Sierra, conocido como Che Guevara, para deslegitimar su ocupación por grupos ajenos y devolverlo a la vida universitaria.
Durante una sesión del Consejo Universitario, una estudiante de Filosofía y Letras pidió formalmente recuperar el espacio, argumentando que existen condiciones para que regrese a manos de la institución. El rector Leonardo Lomelí Vanegas respaldó la idea, pero con una estrategia peculiar: instó a la comunidad a no usarlo. “Una forma de presionar para hacer entender a quienes ocupan este espacio que deberían integrarse a la vida universitaria es no legitimar la ocupación asistiendo a asambleas estudiantiles en el auditorio”, afirmó.
Lomelí insistió en que la recuperación debe ser pacífica y dialogada, pero subrayó que la participación estudiantil en eventos allí fortalece a los ocupantes externos. “Hay que hacerlo de manera pacífica, apelar al sentido de comunidad”, dijo, apostando por la presión social como herramienta clave. En entrevista con La Jornada, destacó la relevancia histórica del auditorio, sede de la Orquesta Filarmónica de la UNAM y conferencias de figuras del pensamiento nacional e internacional antes de la Sala Nezahualcóyotl.
Para el rector, este espacio es un símbolo cultural que debe volver a ser de la comunidad universitaria. “Es un espacio que vale la pena que los estudiantes y académicos vuelvan a sentir suyo, no tiene por qué estar tomado”, sentenció. En un contexto de exigencia por recuperar espacios, Lomelí pide a los estudiantes un rol activo pero sin confrontaciones, usando la no participación como arma. ¿Funcionará este boicot pacífico o seguirá el Che Guevara fuera de alcance?
