¡Atención, España! Un jabalí con gusto por los bocadillos gourmet ha desatado el caos cerca de Barcelona, y no, no es el guion de una película de serie B. Resulta que la peste porcina africana, cortesía de un sándwich contaminado en Bellaterra, ha puesto al ejército en modo «cazadores de jamón».
En el parque de Collserola, a solo 21 kilómetros de Barcelona, dos jabalíes fueron hallados muertos y positivos por esta enfermedad que, aunque no afecta a humanos, es como kryptonite para cerdos y sus primos salvajes. Las autoridades, con cara de «esto no puede estar pasando», han cercado una zona de exclusión de 6 kilómetros y están revisando más casos sospechosos. El consejero de Agricultura catalán, Ordeig, soltó la bomba en Catalunya Radio: probablemente un fiambre traicionero, tirado en un contenedor cerca de la autopista AP-7, fue el culpable. ¿Un bocadillo viajero de Europa? ¡Vaya manera de globalizar el desastre!
Esto no es un chiste cualquiera; España, reina de las exportaciones de carne de cerdo, está temblando. Un tercio de los certificados de exportación ya fueron bloqueados, según el ministro Luis Planas, aunque ninguna granja ha caído aún. Mientras, 300 policías catalanes y 117 militares de la Unidad de Emergencias están desplegados desde el domingo, como si fueran a cazar al mismísimo Godzilla. Las granjas en un radio de 20 kilómetros están con restricciones, rezando por no ser las próximas víctimas.
En serio, ¿quién iba a pensar que un jabalí foodie pondría en jaque una industria multimillonaria? Si ves un bocadillo sospechoso, no lo tires: ¡llama al ejército! Esto está más loco que un cerdo en patineta.