Imagina un mundo donde los estudiantes no pueden mandar memes en plena clase de matemáticas. Pues bien, el Congreso chileno dijo «basta» y aprobó un proyecto que prohíbe los celulares en colegios, tanto públicos como privados. Con el respaldo del presidente Gabriel Boric, esta ley promete ser la kriptonita de las distracciones escolares.
La Cámara de Diputados dio el sí con una mayoría aplastante, y la norma empezará a regir en marzo de 2026. Desde primaria hasta secundaria, los celulares serán tan bienvenidos como un chiste malo en un funeral. El ministro de Educación, Nicolás Cataldo, lo calificó como un «flagelo» y una pandemia peor que un virus de TikTok. Según el diputado Diego Schalper, los dispositivos crean adicciones y convierten las aulas en un circo de notificaciones. La diputada Marcia Raphael aclaró que no odian la tecnología, solo quieren que los chicos se concentren más que un gamer en la final de un torneo.
Excepciones hay, claro. Si tienes necesidades especiales, una emergencia o una condición médica que requiera monitoreo, tu celular será tu salvavidas. Los colegios tendrán que armar reglamentos internos para hacer cumplir esta prohibición, que alcanza incluso a los estudiantes de 18 años. Mientras tanto, Brasil ya había dado el ejemplo a fines de 2024, liderando esta cruzada anti-scroll en América Latina.
Con 24.4 millones de abonados a celulares en un país de casi 20 millones, según la Subsecretaría de Telecomunicaciones, Chile enfrenta un desafío épico. ¿Podrán los jóvenes sobrevivir sin sus pantallas? Esto será más dramático que una novela sin señal Wi-Fi.