Cinco policías originarios de Bolivia y un individuo civil fueron capturados por fuerzas chilenas durante una operación contra el tráfico de drogas en la zona fronteriza entre ambos países. Este suceso tuvo lugar el jueves 28 de agosto de 2025, en el marco de un despliegue conjunto que buscaba interceptar cargamentos ilícitos en regiones remotas del desierto de Atacama. De acuerdo con reportes de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI), el arresto se produjo alrededor de las 2:00 a.m.
hora local, cuando un equipo especial detectó un vehículo sospechoso cruzando la frontera desde Bolivia hacia territorio chileno. Al inspeccionar el automóvil, se descubrieron paquetes de cocaína ocultos en compartimentos secretos, con un peso total estimado en 150 kilogramos. Los detenidos, todos varones de entre 28 y 45 años, no opusieron resistencia significativa y fueron trasladados a una comisaría en la ciudad de Calama para interrogatorios iniciales.
No se registraron heridos durante la intervención, aunque se confiscaron armas de fuego y dispositivos de comunicación que portaban los implicados. Un vocero de la PDI explicó que la operación formaba parte de un esfuerzo binacional para combatir el narcotráfico en la frontera, destacando que los policías bolivianos parecían actuar en complicidad con redes criminales. «Esta detención revela posibles corrupciones internas y refuerza la necesidad de colaboración entre naciones», manifestó el funcionario, agregando que se han iniciado investigaciones para determinar si los agentes formaban parte de una estructura organizada dedicada al contrabando.
Autoridades bolivianas han sido notificadas y se espera su participación en las pesquisas, aunque no han emitido comentarios inmediatos sobre el involucramiento de sus efectivos. Los arrestados enfrentan cargos por tráfico de estupefacientes, posesión ilegal de armas y posible corrupción, con una audiencia judicial programada para las próximas horas en un tribunal chileno. Fuentes indican que el civil detenido, un boliviano residente en La Paz, actuaba como conductor y facilitador, mientras que los policías podrían haber utilizado su estatus para evadir controles.
Este incidente se suma a una serie de capturas en la frontera andina, donde el tráfico de drogas ha aumentado en los últimos meses debido a rutas alternativas creadas por carteles sudamericanos. Organizaciones como Interpol han elogiado la operación, señalando que contribuye a desarticular cadenas de suministro que afectan múltiples países. En Chile, el Ministerio del Interior ha anunciado un refuerzo en la vigilancia fronteriza, incluyendo más patrullas y tecnología de drones para monitoreo.
Mientras tanto, en Bolivia, grupos de derechos humanos han pedido una revisión interna de las fuerzas policiales para prevenir abusos de poder. Este evento destaca los desafíos persistentes en la lucha contra el narcotráfico en América Latina, donde la porosidad de las fronteras facilita actividades ilícitas. Las autoridades chilenas continúan analizando evidencias recolectadas, como grabaciones de video y testimonios, para expandir la investigación y posiblemente identificar a más cómplices.
La cooperación regional se mantiene como prioridad, con planes para reuniones bilaterales en las semanas venideras para abordar estos problemas de manera conjunta.