El trámite para que Argentina se integre a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) avanza con lentitud, aunque el actual gobierno ha manifestado su deseo de acelerar los pasos necesarios. Este organismo internacional, conformado por 38 naciones, busca fomentar políticas que mejoren el bienestar económico y social en el mundo. Argentina inició su solicitud de adhesión en 2016, durante la gestión de Mauricio Macri, pero el proceso se formalizó en enero de 2022, cuando el Consejo de la OCDE extendió una invitación oficial al país para comenzar las negociaciones.
Desde entonces, Argentina ha recibido una hoja de ruta que detalla los requisitos a cumplir, incluyendo evaluaciones en áreas como gobernanza, comercio, inversión, medio ambiente y anticorrupción, entre otras. El país debe someterse a revisiones por parte de 23 comités especializados de la OCDE, que analizarán si se ajusta a los estándares del grupo. Bajo la administración de Alberto Fernández, se avanzó en algunos aspectos, como la presentación de documentos iniciales y la participación en reuniones técnicas.
Sin embargo, el proceso no progresó de manera significativa. Ahora, con Javier Milei en el poder, el Ejecutivo ha reiterado su compromiso con la integración, considerándola una herramienta clave para atraer inversiones y mejorar la imagen internacional del país. En enero de 2024, tras la asunción de Milei, el gobierno argentino envió una carta a la OCDE reafirmando su interés en continuar.
Además, en febrero, durante una visita a París, la canciller Diana Mondino se reunió con el secretario general de la organización, Mathias Cormann, para discutir los próximos pasos. Hasta el momento, Argentina ha completado la fase inicial de autoevaluación en algunos comités, pero aún resta un largo camino, que podría extenderse por varios años, similar a lo ocurrido con otros países como Brasil o Perú, que también están en proceso de adhesión. La OCDE no establece plazos fijos, y el avance depende de la capacidad del país para implementar reformas y cumplir con los criterios exigidos.
Expertos indican que, para Argentina, los desafíos mayores radican en temas como la estabilidad macroeconómica, la transparencia fiscal y la lucha contra la corrupción. El ingreso a la OCDE podría proporcionar beneficios como acceso a mejores prácticas globales, mayor credibilidad ante inversores y facilidades para el comercio internacional. No obstante, requiere un esfuerzo sostenido y coordinación entre distintos ministerios y organismos estatales.
Por ahora, el proceso se encuentra en una etapa intermedia, con expectativas de que el actual gobierno impulse las reformas necesarias para acelerar la integración.