El volcán Popocatépetl, cariñosamente apodado Don Goyo, no para de hacer ruido. En las últimas 24 horas, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) y la UNAM reportaron 23 exhalaciones. Actualmente en Amarillo Fase 2 del Semáforo de Alerta Volcánica, las autoridades insisten en no acercarse al cráter por el riesgo de fragmentos balísticos ni a las barrancas en caso de lluvias, ya que el lodo y escombros podrían ser más peligrosos que un spoiler de tu serie favorita.
Cenapred pide ignorar rumores y seguir info oficial en www.gob.mx/cenapred o @CNPC_MX en Twitter. Para emergencias, están los números 800-713-4147 y 911. Don Goyo ha tenido actividad moderada en 2025, con exhalaciones diarias como las 41 registradas el 16 de mayo o las 10 del 18. Su historia incluye momentos épicos como la explosión de 2005, con una columna de ceniza de 3 km y lava, o las erupciones de 2013 con fragmentos incandescentes volando a 700 metros.
Pero detrás de su furia hay una leyenda que derrite corazones. Según el INAH, Popocatépetl era un guerrero enamorado de Iztaccíhuatl, una bella princesa. Su amor se truncó cuando el cacique envió al joven a la guerra. Un rival celoso mintió sobre su muerte, y la princesa, destrozada, falleció de pena. Al volver victorioso, Popocatépetl llevó su cuerpo a una montaña, jurando velarla eternamente.
Hoy, Iztaccíhuatl es “La Mujer Dormida”, por su silueta recostada, y Popocatépetl, el volcán vigilante, arde con su fumarola como una antorcha de amor eterno. Entre exhalaciones y mitos, Don Goyo sigue siendo un ícono de pasión y peligro.