

Al finalizar su período en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), varios exministros han provocado debate al llevarse consigo elementos de valor que pertenecían al acervo del órgano judicial, tales como pinturas, figuras artísticas e incluso un instrumento musical. Entre los casos destacados se encuentra Arturo Zaldívar, quien retiró una obra de Diego Rivera; Olga Sánchez Cordero, que se llevó una escultura de Jorge Marín; y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, quien obtuvo un piano de cola. Estas acciones se amparan en disposiciones internas de la Corte que permiten a los ministros seleccionar objetos como recuerdo al concluir su labor, siempre que no superen un monto específico y sean autorizados.
Sin embargo, esta práctica ha suscitado críticas por considerar que dichos bienes forman parte del patrimonio público y deberían permanecer en las instalaciones judiciales. Expertos en transparencia y derecho han cuestionado la legalidad y ética de tales retiros, argumentando que podrían representar un uso indebido de recursos estatales. La SCJN defiende que estos procedimientos son transparentes y regulados, con un catálogo de items disponibles para elección.
A pesar de ello, la polémica persiste, especialmente en un contexto de austeridad y rendición de cuentas en instituciones gubernamentales.
