
Este miércoles, el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) ha enfatizado que el bombardeo israelí contra su delegación en Doha, la capital de Qatar, «no afectará a su toma de decisiones» y ha sostenido que «ninguna fuerza sobre la tierra» impedirá que el grupo islamista «ejerza su papel nacional».
«Luchamos por nuestro pueblo, negociamos y actuamos política y diplomáticamente por nuestro pueblo», ha manifestado Husam Badran, un alto cargo del brazo político de Hamás, quien ha señalado que el grupo «mantendrá su coordinación con diversas facciones para lograr una decisión nacional que represente a todos los palestinos». De esta forma, ha apuntado que Israel «supone una verdadera amenaza para la seguridad y la estabilidad de la región».
«Está en una guerra abierta contra todos, no solo contra el pueblo palestino. Nosotros, como palestinos y como parte de Hamás, seguiremos defendiéndonos a nosotros mismos y a nuestro derecho a la autodeterminación», ha agregado. Badran ha subrayado además que el bombardeo contra Doha «confirma» que Israel «no es un país normal, sino un grupo de matones, asesinos y terroristas que dirigen un Estado con capacidades militares significativas y con unas creencias extremistas arraigadas en engaños racistas», de acuerdo con lo reportado por el diario palestino ‘Filastin’.
Hamás señaló el martes que cinco de sus miembros perdieron la vida en el mencionado ataque –que también provocó la muerte de un policía qatarí–, aunque aseguró que sus principales cargos habían sobrevivido al «traicionero intento por parte de la ocupación sionista para asesinar a la delegación negociadora», que se había congregado para examinar la última propuesta presentada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, orientada a un alto el fuego en la Franja de Gaza.
El primer ministro de Qatar, Mohamed bin Abdulrahmán al Thani, condenó que el ataque representó un acto de «terrorismo de Estado» y declaró que Doha –uno de los mediadores en las iniciativas para alcanzar un nuevo acuerdo de alto el fuego en Gaza– se reserva su derecho a responder al ataque. Asimismo, mantuvo que las políticas del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, integran «los continuos intentos de perturbar la seguridad y la estabilidad regionales».
