Una sucesión de bombardeos lanzados por Rusia contra territorio ucraniano causó daños en el inmueble que alberga la misión de la Unión Europea en la capital Kiev, y ha sido calificado como un acto premeditado. Este episodio se registró el miércoles 27 de agosto de 2025, durante una intensificación de las operaciones militares rusas que impactaron múltiples zonas urbanas en Ucrania. De acuerdo con reportes de las autoridades ucranianas y observadores de la UE, los proyectiles alcanzaron el edificio diplomático alrededor de las 5:00 a.m.
hora local, provocando roturas en ventanas, fachadas y sistemas eléctricos internos. No se informaron heridos entre el personal de la misión, pero el incidente obligó a una evacuación temporal y la suspensión de actividades administrativas. Funcionarios europeos en el lugar describieron el suceso como un golpe directo, con evidencias de que el objetivo fue seleccionado específicamente, posiblemente para intimidar a las instituciones internacionales presentes en la ciudad.
Un representante de la UE emitió un comunicado condenando el ataque, afirmando que «este daño al edificio de nuestra misión en Kiev representa un asalto deliberado contra la presencia diplomática europea y viola normas básicas de protección a sedes internacionales». El funcionario agregó que se han iniciado evaluaciones para reparar los desperfectos y reforzar la seguridad, mientras se coordina con aliados para documentar el incidente como una infracción al derecho humanitario. Fuentes ucranianas corroboraron que la oleada incluyó misiles de crucero y drones, con impactos adicionales en infraestructuras civiles como hospitales y escuelas en otras regiones, resultando en al menos 12 fallecidos y 40 lesionados en total.
La acción se produce en un período de escalada en el conflicto, donde Rusia ha incrementado sus ofensivas aéreas en respuesta a avances ucranianos en frentes orientales. Analistas militares sugieren que el golpe al edificio de la UE podría ser una táctica para disuadir el apoyo occidental, dado que la misión coordina ayuda humanitaria y monitorea el cumplimiento de acuerdos. En Bruselas, líderes de la UE han convocado una reunión de emergencia para discutir respuestas, incluyendo posibles sanciones adicionales y mayor asistencia a Ucrania.
El gobierno ucraniano, a través de su Ministerio de Asuntos Exteriores, denunció el bombardeo como «una provocación calculada que expone la agresividad rusa hacia entidades neutrales». Un portavoz en Kiev indicó que se presentarán pruebas fotográficas y de radar ante la ONU para demostrar la intencionalidad, y solicitó inspecciones independientes para evaluar los daños. Mientras tanto, Rusia ha negado cualquier enfoque deliberado, atribuyendo los impactos a «operaciones precisas contra objetivos militares» y rechazando acusaciones de ataques a sitios diplomáticos.
Organizaciones como Amnistía Internacional han expresado alarma por el patrón de bombardeos que afectan áreas civiles y diplomáticas, urgiendo a un cese inmediato de hostilidades. En el contexto más amplio, este evento se suma a una serie de incidentes que han deteriorado las relaciones entre Rusia y la UE, con implicaciones para la diplomacia global. La misión afectada ha reanudado operaciones parciales desde ubicaciones alternativas, y la investigación sobre el ataque continúa con el fin de determinar responsabilidades exactas y prevenir recurrencias.