
El ambicioso proyecto ferroviario de la presidenta Claudia Sheinbaum, que inicia con más de 781 kilómetros, no solo unirá a pasajeros sino también enlazará con el pasado. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha identificado 203 sitios arqueológicos a lo largo de las trayectorias de los trenes. Este esquema de infraestructura, presentado en abril, implicará una inversión aproximada de 1,3 billones de pesos.
En un informe, el INAH indica que efectúa operaciones de rescate en las cuatro secciones iniciales del proyecto: AIFA-Pachuca, Ciudad de México-Querétaro, Querétaro-Irapuato y Saltillo-Monterrey-Nuevo Laredo. Salvador Pulido Méndez, director de Salvamento Arqueológico del INAH, explicó que para localizar los restos, unos 20 arqueólogos recorrieron más de 800 kilómetros utilizando mapas, GPS, brújulas, reglas y una observación entrenada para detectar indicios culturales. “A fin de abatir costos, recurrimos a procesos de investigación tradicionales que han dado buenos resultados y, en tiempo récord, hemos completado el cien por ciento de los recorridos de superficie sobre el derecho de vía de las cuatro rutas”, expresó Pulido.
En el trayecto Ciudad de México-Querétaro, de 226 kilómetros, se han documentado 141 puntos con elementos culturales, de los cuales 31 poseen valor arqueológico y dos destacan: El Venado y Tula. El Venado, ubicado cerca de Jasso en Hidalgo, se mantuvo hasta la década de 1980 como un sitio con terrazas, estructuras habitacionales y pinturas rupestres. Aunque el recorrido actual reveló daños por el tiempo y la agricultura, las pinturas persisten, por lo que se ajustará la obra para evitar impactos y se planea un estudio para precisar su cronología, estimada tentativamente entre finales del Clásico y el Posclásico Tardío (400-1521 d.C.). Respecto a Tula, Pulido detalló que la zona monumental es cruzada por un túnel de tren de carga. “Tenemos 11 kilómetros por investigar y proyectamos trabajar con varias excavaciones, porque es una nueva oportunidad para conocer más aspectos de la capital de la cultura tolteca”, afirmó. Los demás sitios son históricos, como puentes, estaciones antiguas, alcantarillas y componentes de haciendas.
La ruta Querétaro-Irapuato, de 108 kilómetros, cuenta con 28 sitios detectados, siete de ellos requerirán excavación, mientras que en los 21 restantes se evaluará si proceder con excavaciones o con monitoreo durante la construcción. En el segmento Saltillo-Monterrey-Nuevo Laredo, de unos 390 kilómetros, se ha cubierto todo el derecho de vía y se registran 27 sitios hasta ahora, principalmente acumulaciones de materiales arqueológicos. “Hay dos casos en los que estudiamos cómo resolver el paso del tren, porque se encontraron manifestaciones gráfico-rupestres: Cueva Ahumada y Los Fierros, en Nuevo León”, precisó el experto.
La trayectoria más breve, AIFA-Pachuca de 57 kilómetros, presenta siete sitios con diversas concentraciones de cerámica y fragmentos de lítica tallada. “En las siguientes semanas esperamos comenzar las excavaciones arqueológicas de los puntos con potencial arqueológico”, comentó Pulido Méndez. “De estas cuatro investigaciones esperamos nuevos datos, novedosas propuestas académicas e interpretaciones históricas de las regiones que se abordarán. No se trata solo de caminar y ver si hay vestigios arqueológicos que hay que hacer a un lado para que el tren pase, sino de hacer con ellos una investigación y propuestas de carácter científico”.
