
El mandatario de Francia, Emmanuel Macron, rechazó este jueves la posibilidad de renunciar, tal como le demandan ciertos adversarios, y convocó a todos los grupos políticos a «tomar sus deberes» con el fin de establecer un nuevo gabinete, después de los comicios parlamentarios de julio. Macron realizó estos comentarios durante una entrevista en televisión, en medio del estancamiento político que atraviesa Francia desde que ninguna coalición logró una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional. El jefe de Estado, de 46 años, afirmó que no contemplaba dejar el cargo antes de que concluya su período en 2027, a pesar de las presiones de la izquierda y la extrema derecha, que lo culpan por la actual situación de bloqueo.
«No me iré», declaró Macron en el canal France 2, y agregó: «Es mi deber, como presidente de la República, asegurar que el país siga en movimiento». Tras las elecciones anticipadas que él mismo convocó en junio, luego de una derrota en los comicios europeos, el bloque centrista de Macron perdió su mayoría relativa en la cámara baja, mientras que la coalición de izquierda Nueva Frente Popular se convirtió en la principal fuerza, seguida por la Agrupación Nacional de Marine Le Pen. Sin embargo, ningún sector cuenta con los 289 escaños necesarios para una mayoría absoluta en la Asamblea de 577 diputados, lo que ha impedido la formación de un gobierno estable.
Macron designó a Michel Barnier, un veterano político de derecha de 73 años, como primer ministro a inicios de septiembre, pero este aún no ha logrado armar un gabinete que supere una posible moción de censura. El presidente instó a los partidos a «asumir sus responsabilidades» y a «encontrar compromisos» para evitar una parálisis prolongada, advirtiendo que de lo contrario podría disolver nuevamente la Asamblea en un año. «Los franceses no nos eligieron para el inmovilismo», subrayó Macron, quien defendió su decisión de no nombrar a un primer ministro de la izquierda, argumentando que no garantizaría estabilidad.
La oposición ha criticado duramente a Macron, acusándolo de ignorar el resultado electoral y de aferrarse al poder. Jean-Luc Mélenchon, líder de La Francia Insumisa, lo tildó de «autista político». Mientras tanto, Francia enfrenta desafíos como el presupuesto para 2025 y la organización de los Juegos Paralímpicos, que concluyen este domingo.
Macron también se refirió a temas internacionales, como el apoyo a Ucrania y las relaciones con Estados Unidos, pero enfatizó que la prioridad es resolver la crisis interna. La entrevista se produce en un momento de baja popularidad para Macron, con encuestas que muestran un rechazo mayoritario a su gestión.
