
¡Un aliado natural para tu hígado! Incorporar magnesio en la alimentación se ha vuelto una estrategia clave para combatir el hígado graso, también conocido como esteatosis hepática, especialmente en sus primeras etapas. Según expertos de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), ajustar la ingesta de nutrientes puede influir positivamente en la recuperación de pacientes con esta condición, y el magnesio juega un papel destacado.
Este mineral cumple funciones esenciales en el organismo que benefician a quienes padecen hígado graso. Entre sus ventajas están la reducción de inflamación, el apoyo al metabolismo de grasas y la mejora de la función hepática, ayudando a prevenir la acumulación de grasa en el hígado. Sin embargo, muchas personas no consumen la cantidad recomendada, por lo que aumentar su ingesta es crucial.
Las cantidades diarias sugeridas de magnesio varían según edad, sexo y estado de salud. Para adultos sanos, las recomendaciones generales son: alrededor de 400-420 mg para hombres y 310-320 mg para mujeres. Mantener este consumo puede ser suficiente para apoyar la salud hepática. La mejor forma de lograrlo es a través de la dieta, incluyendo alimentos ricos en magnesio como frutos secos (almendras, nueces), vegetales de hoja verde (espinacas, kale), legumbres (lentejas, garbanzos) y cereales integrales (avena, quinoa).
Para personas con hígado graso, priorizar estos alimentos es fundamental. Si se considera la suplementación, debe ser indicada y supervisada por un profesional de la salud, quien evaluará necesidades individuales y posibles contraindicaciones. Ajustar la dieta para cubrir la dosis recomendada puede marcar la diferencia sin necesidad de excesos.
¿Listo para darle un impulso a tu hígado? Incorporar magnesio no solo es fácil, sino que puede ser un cambio poderoso. ¡Esto está más nutritivo que un smoothie verde!
