¡Humanizar la salud pública! Martí Batres, director del ISSSTE, ha centrado su gestión en el concepto de “Trato Digno”, una política que busca transformar la atención médica mediante la humanización del servicio. El 3 de diciembre, Batres explicó su enfoque, arraigado en la cultura mexicana: “La palabra apapacho viene del náhuatl, papatzoa, que significa ‘abrazar el alma’. Inculcamos en nuestros equipos que se dé el apapacho institucional”. Para él, este gesto va más allá de la simpatía: “El apapacho ya es terapéutico, ya empieza a ser curativo”, evocando el legado humanista del doctor Ignacio Chávez.
Esta visión desató críticas, apodada por detractores como “apapachos del bienestar”. Batres respondió con firmeza en redes sociales: “A los de la derecha no les gustó nada el tema del Trato Digno. Es obvio, a ellos les gusta el maltrato a la gente. Esa es su esencia”. Acusó a sus críticos de admirar el Porfiriato por sus abusos históricos y señaló que perpetúan estereotipos de género y raciales, reflejando un conflicto cultural alrededor de su política.
Más allá de la controversia, Batres reportó avances tangibles en su primer año, presentados el 31 de octubre. Aunque no se detallan cifras específicas aquí, incluyen mejoras en tecnología y atención médica, expansión de infraestructura con nuevos hospitales en Torreón, Tlajomulco y Acapulco, rehabilitaciones en varias entidades, y el rescate de SuperISSSTE con más ventas y sucursales.
¿Es el “Trato Digno” un cambio real o solo retórica? Esto está más debatido que un diagnóstico en una consulta concurrida.