
Un feroz enfrentamiento estalló en el Senado durante la discusión de la Ley General de Aguas, enfrentando a Morena y al PAN en un cruce de acusaciones más caliente que un chile relleno. Gerardo Fernández Noroña, de Morena, llamó al PAN “PAAN, Partido Acaparador de Agua Nacional”, alegando que se oponen a la reforma para proteger intereses privados en concesiones hídricas. “La reforma busca acabar con el mercado negro del agua y los acaparadores”, defendió, mientras el bloque oficialista rechazó una moción suspensiva del PAN para frenar el debate.
La respuesta panista no se hizo esperar. Francisco Ramírez Acuña, exgobernador de Jalisco, admitió tener una concesión legal para regar 27 hectáreas de limoneros en Tototlán con 260 mil litros anuales, produciendo 300 toneladas. “Todo está conforme a la ley, no era funcionario cuando la obtuve. Que nos revisen, no escondemos nada”, aseguró, desafiando cualquier auditoría. Miguel Márquez, exgobernador de Guanajuato, secundó: “No tememos revisiones, estamos a favor de actuar contra verdaderos acaparadores”. Marko Cortés, por su parte, no se pronunció al cierre del debate.
El clímax llegó con Ricardo Anaya, coordinador del PAN, quien amenazó con exhibir a un senador de Morena que, según él, posee más volumen de agua concesionada que todos los panistas juntos. “Métanse a la página de Conagua, tengo el documento. Si siguen, les va a salir el tiro por la culata”, advirtió, desatando tensión en el pleno.
La reforma, que revisa concesiones y combate el acaparamiento, divide opiniones: Morena denuncia intereses privados arraigados, mientras la oposición teme decisiones arbitrarias del gobierno. Este pleito por el agua promete más capítulos que una telenovela en horario estelar.
