
¡Drama en la Riviera Maya! La reciente inspección de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) en Tulum, Quintana Roo, puso en el ojo del huracán al hotel Diamante K, propiedad de Roberto Palazuelos, tras un comunicado oficial que señalaba la suspensión del establecimiento por supuestos precios elevados. Sin embargo, el actor y empresario salió al quite en su cuenta de X para desmentir que las tarifas fueran el motivo, asegurando que la sanción se debió a irregularidades administrativas menores.
Palazuelos aclaró que la única falta fue no especificar mililitros en el menú, y no un abuso en los precios. “Sin Palazuelos no hay nota, sigan haciéndome publicidad”, escribió, exigiendo a Profeco transparencia y honorabilidad. En un audio enviado a Gustavo Adolfo Infante, detalló que las irregularidades fueron la falta de mililitros en el menú y los sobres de propinas dejados por camaristas, práctica que desconocía estaba prohibida. Negó una suspensión y acusó a la autoridad de usar su fama para generar ruido: “El Diamante K es mi hotel más económico, con 30 años de éxito”.
Profeco inspeccionó 29 establecimientos en Tulum, reportando que la habitación doble más cara, de 13,860 pesos, era del Diamante K, superando el promedio local. Sin embargo, el sitio web del hotel muestra precios más accesibles: desde 1,340 pesos por una cabaña económica hasta 2,800 pesos por una con vista al mar. Los platillos en sus restaurantes oscilan entre 300 y 500 pesos.
Mientras la controversia entre la versión de Profeco y la defensa de Palazuelos sigue, el hotel continúa operando. ¿Será un malentendido o un golpe a la imagen del empresario? Esto está más caliente que la arena de Tulum en pleno verano.
