
¡Rusia saca la tarjeta roja! Este viernes, el Ministerio de Justicia ruso declaró “indeseable” a Human Rights Watch (HRW), una ONG que lleva desde 1978 husmeando en abusos de derechos humanos por todo el mundo. Con esta etiqueta, sus actividades en el país euroasiático quedan más prohibidas que un meme subversivo en un chat gubernamental.
HRW, nacida como Helsinki Watch para vigilar a los países detrás del Telón de Acero tras los Acuerdos de Helsinki, se ha convertido en un dolor de cabeza global para los poderosos. Su misión, según su web, es defender los derechos de las personas, destapar violaciones y presionar a los que mandan para que se porten bien. Vamos, son como el vecino chismoso que siempre tiene una cámara lista para grabar tus tropiezos, pero en versión activista internacional.
El gobierno ruso, sin embargo, no parece estar de humor para selfies incómodas. Catalogar a HRW como “indeseable” es básicamente decirles que recojan sus informes y se vayan a documentar dramas a otra parte. ¿Razones oficiales? Bueno, digamos que Rusia no es fan de que le saquen los trapitos al sol, especialmente cuando se trata de derechos humanos.
Esto es un capítulo más en la saga de “Rusia vs. ONG molestas”. Mientras HRW sigue con su cruzada global por la justicia, en Moscú prefieren que las cámaras apunten a otro lado. ¿Será este el fin de la vigilancia de derechos en Rusia, o solo un mal episodio en su historial? Algo nos dice que esta telenovela tiene más giros por delante.
