
¡Agárrense, que esto parece un culebrón internacional! La presidenta Claudia Sheinbaum lanzó un llamado al diálogo al presidente peruano José Jerí, quien parece listo para jugar a Rambo y asaltar la embajada mexicana en Lima para capturar a Betssy Chávez, ex primera ministra en asilo político. Sheinbaum, con la calma de quien explica las reglas a un niño travieso, recordó que el asilo está respaldado por leyes internacionales de derechos humanos.
Mientras Jerí amenaza con ignorar tratados y entrar por la fuerza, como si la embajada fuera un castillo de videojuego, Sheinbaum advirtió que violar la soberanía no es un juego de mesa. En su Mañanera del Pueblo, insistió en que dialogar es mejor que actuar como en una película de acción barata, recordando el fiasco en Ecuador. “Podemos tener diferencias, pero no fuera de la ley”, dijo, casi como si le estuviera dando un sermón a un vecino ruidoso. Además, subrayó que una intervención así traería consecuencias económicas y sociales más feas que un lunes sin café.
Por su parte, Jerí, en entrevista con El Comercio, se mostró como el típico “no le tengo miedo a nada”, afirmando que no dudaría en cumplir el mandato judicial aunque tenga que derribar puertas. Sin embargo, el 23 de noviembre, Perú reculó y anunció que respetará las inmunidades diplomáticas mexicanas, siguiendo las Convenciones de Viena de 1961 y 1963. México, meanwhile, sigue pidiendo un traslado seguro para Chávez.
Al final, ¿se sentarán a platicar o seguiremos viendo este drama digno de Netflix? Mejor que alguien traiga palomitas, porque este lío diplomático está más enredado que unos audífonos en el bolsillo.
