
¡Aterrizaje estelar en la Ciudad de México! El presidente de Singapur, Tharman Shanmugaratnam, bajó del avión el domingo en la Base Aérea Militar No. 19, listo para una visita de Estado que promete más acuerdos que un maratón de Shark Tank. A las 19:30 horas, él, su esposa y su comitiva fueron recibidos por Roberto Velasco Álvarez, el subsecretario que hace malabares mientras el canciller Juan Ramón de la Fuente se recupera.
La agenda está más apretada que un taco de suadero. El lunes, la presidenta Claudia Sheinbaum lo recibirá en Palacio Nacional con todo el gabinete, como si fueran a montar una fiesta de bienvenida con mariachis incluidos. Primero, una reunión bilateral para charlar de cosas serias, y luego, un encuentro con empresarios de ambos países. ¿El objetivo? Engrosar los lazos económicos y desenterrar oportunidades de inversión que huelan a billetes frescos.
Singapur y México quieren ser los mejores amigos del bloque Asia-Pacífico, y esta visita es como un swipe right en la app de la diplomacia. Cooperación política, comercio y un toque de innovación están sobre la mesa, porque nada dice “relación estratégica” como mezclar tequila con tecnología de punta. Tharman no vino solo de paseo; esto es negocio puro.
Mientras los mandatarios discuten cómo hacer que el mundo gire más rápido, uno no puede evitar imaginarse a Sheinbaum ofreciendo un tour por el Zócalo y a Tharman pidiendo una orden de chilaquiles para llevar. ¿Será este el inicio de una amistad más picante que un chile relleno? Solo el tiempo dirá si esta dupla logra cocinar algo realmente jugoso.

Esperemos grandes avances en la relación bilateral.