
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) confirmó una noticia que suena más triste que un final de telenovela: dos ciudadanos mexicanos fallecieron mientras hacían senderismo en el parque nacional Torres del Paine, en el sur de Chile, uno de esos lugares tan espectaculares que parece sacado de un fondo de pantalla, pero con un lado oscuro.
El drama comenzó cuando las autoridades chilenas fueron alertadas sobre la desaparición de los excursionistas. Tras una búsqueda que seguro tuvo más tensión que una película de suspenso, confirmaron el trágico desenlace. La Embajada de México en Santiago no perdió tiempo y activó sus protocolos de superhéroe consular, poniéndose en contacto con las autoridades locales para descifrar qué rayos pasó en esas montañas patagónicas.
La SRE, a través de un mensaje en redes sociales que no incluyó emojis de corazón roto pero bien podría haberlo hecho, aseguró que están en comunicación constante con las familias de las víctimas. Les ofrecen todo el apoyo posible, desde papeleo hasta la repatriación de los cuerpos si así lo desean. También mandaron sus condolencias, porque, bueno, no hay mucho más que decir en un momento así.
Torres del Paine, para los que no lo saben, es un paraíso de rutas montañosas en la Patagonia chilena, pero con un clima tan traicionero que parece tener una venganza personal contra los turistas. Cada año, excursionistas de todo el mundo descubren que no es solo un paseo con vistas bonitas. La Cancillería promete seguir el caso de cerca, mientras todos nos recordamos que la naturaleza no siempre juega limpio.
