Donald Trump se puso la camiseta de capitán diplomático este viernes, agradeciendo a Canadá y México por jugar en equipo para organizar el Mundial de fútbol de 2026. En un discurso que sonó más a mitin que a conferencia de prensa, celebró la “amistad” con sus vecinos como si fuera el nuevo Messi de las relaciones internacionales.
Durante la ceremonia del sorteo en Washington, Trump no escatimó en halagos, diciendo que la coordinación con ambos países ha sido tan fluida que parece un pase perfecto en el área chica. “Hemos trabajado codo a codo, y la relación es excelente”, afirmó, mientras algunos se preguntaban si estaba hablando de fútbol o de un nuevo reality show. El Mundial, que se jugará en los tres países, promete ser un espectáculo tan grande que hasta los tacos y el jarabe de arce tendrán su propio partido inaugural.
Por si fuera poco, Trump insinuó que este evento será la joya de la corona de su segundo mandato, coincidiendo con el 250º aniversario de la independencia de EE. UU. en 2026. Entre líneas, dejó caer que espera un trofeo extra: un nuevo premio de la paz de la FIFA que, según rumores, podría tener su nombre grabado. ¿Coincidencia? Más bien parece un autogol de modestia.
Mientras tanto, el sorteo del 5 de diciembre en Washington sigue adelante, y el ambiente está más caliente que un estadio en verano. ¿Será este Mundial una unificación histórica o un partido con demasiados penales? Solo el tiempo dirá si Trump logra el hat-trick de la diplomacia o si todo termina en tiempo extra.