¡Escándalo en alta mar! Donald Trump se enteró por la prensa de un supuesto doble ataque mortal de fuerzas estadounidenses contra un barco en el Caribe y dijo el domingo desde el Air Force One que “va a averiguar” qué rayos pasó. Pero, como buen fan de su equipo, respaldó al jefe del Pentágono, Pete Hegseth, quien jura que todo es un invento.
Según The Washington Post y CNN, el 2 de septiembre las fuerzas militares no solo atacaron una embarcación sospechosa de transportar narcóticos, sino que volvieron para un segundo round contra dos supervivientes aferrados a los restos en llamas. Una fuente soltó la bomba: “La orden era matar a todos”. ¡Eso suena más a guion de Rambo que a operación oficial! Hegseth, furioso, tildó los reportes de “noticias falsas”, y Trump, fiel a su estilo, dijo: “Pete jura que no pasó, y yo le creo”. ¿Confianza ciega o estrategia de reality show?
El presidente insistió en que él no habría ordenado un segundo ataque. “No, no lo hubiera deseado”, afirmó, como si alguien le estuviera preguntando su opinión sobre el menú del día. Mientras, las fuerzas estadounidenses han estado jugando a los piratas en el Caribe y el Pacífico desde septiembre, bajo el pretexto de combatir el narcotráfico. El Departamento de Justicia defiende que todo es legal, pero el Alto Comisionado de la ONU para Derechos Humanos, Volker Turk, no se traga el cuento y exige investigar si esto no es más que ejecuciones extrajudiciales.
¿Verdad o montaje? Esto huele más sospechoso que un cargamento sin declarar. Trump promete indagar, pero por ahora, el Caribe sigue siendo un set de cine muy turbio.